RITMO Y SUSTANCIA

Nadie podrá dudar que mi entrega no es total hacia mi preciada Roja y Negra, pero volviendo de una ardua jornada laboral, de casi 120 minutos, me demoré en el kiosko de Marcelo, enfrente de mi coqueto edificio, para llevarme una exquisita barra de cereal cuando, quien atiende el puesto de variedades alimenticias, me consultó "¿Qué pasa con Rescatate, Diego?". Poco inocente, acusé el impacto, algo había cambiado, ni Dieguito, ni Joya ni Mostro, simplemente el frío "Diego" salió de entre los labios de quien, por 60 centavos, me daba de comer. Me hice el desentendido y expliqué "los árbitros man, los árbitros nos están matando, nos pegan donde más duele, por cualquier pelotudez nos sancionan, un penal, una roja, qué se yo, pero no es excusa, estamos jugando mal y bueno -mientras, dejé la monedita grande y la chiquita en el mostrador- lo pagamos con goles. Antes quizá atacábamos 2 veces y metíamos 2 goles, llegaban todos al gol, ahora sólo el Poyo y de tiro libre". Considerando satisfactoria mi respuesta, empecé a caminar hacia la puerta mientras le repetí "no es excusa" y él, Marcelo, siempre tajante, sugirió "ganen".
Mientras esperé para cruzar la calle los treinta segundos que tardó en pasar un taxi que venía despacio por Armenia, acaso pensando que yo me lo podría tomar y por esa razón hizo aún más lento su andar, me quedé pensando si este kioskero, en el pasado buen amigo, se había acercado alguna vez a la cancha pero no... Saqué cuentas, apelé a mi (frágil) memoria y enumeré "Luquitas, Dieguito, la novia de Fran, Augusto Javier, el padre de los San Martín, la Irrescatable, Mirtha Legrand, Moria... " y no señor, este tipo nunca vino a gritar, ni siquiera a putear... Desde la radio se habrá enterado, pero critica cualquiera escuchando al mufa ese que relata, el periodismo te vende cualquiera, te dicen que a Rescatate lo mata dormir por las noches y los boluditos se lo creen, esa de que el Cuervito Sinrescate prefiere trabajar que salir o que el Scania anda más cerca del libro que de la botella... No man, yo estoy seguro que el periodismo quiere voltear a un par de jugadores, y yo más vale que me cuido por mi edad, estoy jugando con pibes 5 o 6 años años más chicos que yo y cuando vayan a buscar el recambio van a mirar el documento, la fecha de nacimiento me mata, y... Cavenagui a los viejitos... Esa la tengo bien bien junada.
Antes de entrar al edificio la misma historia de siempre... Las llaves, las llaves, las llaves Carajo, bolsillo de arriba del saco y no; bolsillo interno del saco, tampoco; pantalón, no, bolsito... ahí estaban. Siempre las dejo en el mismo lugar, siempre me olvido de ese lugar y cuando elijo la de la puerta de abajo... Pumba, siento un rescate en la nuca. Sí, el Ruso Mario y el Capataz que me colocaron un arrebato en el medio de la nuca, como si lo hubieran medido desde hacía minutos. Asustado, los miré a la cara y les dije "qué pasa amigos, si yo la vengo poniendo, mi teca sigue apareciendo, las entradas las pongo yo, en todo caso vayan a buscar a los pendejos que son los que se borran". La respuesta del Ruso sonó intimidatoria "acá no hay problemas de plata, el único problema es que ustedes se están haciendo mucho los pelotudos, cuando haya que poner los huevo´ en la parrilla, va a haber muchos macho´ de rodillas, vos zafás, pero primero se borra el pendejito que nadie sabe de qué carajo juega que se queda durmiendo, que se va a Rosario, decíle que venga y juegue porque sabemos dónde labura la vieja, ahí, ves, ¿Ves? (me gritó a medio centímetro de mi cara mientras señaló la inmobiliaria lindera al kiosko). Bueno, que el sábado el pendejito haga un golcito porque sino el tassi, el tassi, el tassi (repitió por tercera vez) que se toma para volverse corte 6 de la tarde, se lo manejo yo y te lo prometo que no llega ni a la esquina ¿me seguí?. Y después -siguió el Capataz- el otro putito que se hace echar no me lo banco más, y al que faltó para no comerse los goles tampoco, y al 10 ese que se esconde y grita todo el partido, me tiene las pelotas llenas. El sábado los tres puntos o empiezan a rodar cabezas, y el Alemán que empiece a jugar, viejo, lo ponen o se pudre todo, al final el único que se rompe la cabeza, que traba con el corazón y ustedes ponen el puto de mi hermano, ah, y al viejo puto de la 6 tampoco, off, afuera, basta del chamuyo de la experiencia". Terrible, el clima tenso, los gritos, la gente mirándome como a un violador, la cara de asesino del Ruso, un infierno... El monólogo de dos minutos lo sufrí toda la tarde, no quise entrar a mi departamento por temor a otra embestida de la Irrescatable, les dejé 20 pesos para los pacos y me fui al súpermercado de la esquina a distraer otro posible ataque. Pasó el Chino Corazón de Drogón pero, apurando el paso me hice el distraído y no saludé. Ya adentro del Disco, en la caja la chica me cobró un yogurt con cereales me vio afligido, casi preocupado, y en un cruce de miradas entendió todo y dijo: "los está matando el rescate Larry, no sigas a Miroli, no se pongan en Fleco, basta de Mauricio... Ustedes son Rescatate, cortala con la barrita de cereal, cortála con el Yogurt... Metele ritmo y sustancia, como toda la vagancia". Será...

Larry J.