"ACA ADENTRO NO SOY UN HISTORIADOR CON FUTURO"

En su fugaz carrera fue en el mismo año miembro de la hinchada de Rescatate, jugador del equipo y ahora pasa sus días en prisión. Mientras cumple una condena por tenencia de todo y desacato a la autoridad junto a su ladero Cuervito Sinrescate, el Alemán da la cara y le pone el pecho a una vida plagada de descontrol y desubicaciones. Triste, empieza a pensar que su carrera universitaria no lo sacará de las rejas.
Cómo explicar el sentimiento, porque si hay algo muy complicado de describir es un sentimiento. Difícilmente los sentimientos, los grandes sentimientos, tengan una explicación que describa la situación. Quizá si yo te quiero graficar una situación en la que tuve miedo, inmediatamente vos pensarás “¿Ah, te cagaste todo?” y yo siento que estás minimizando la cuestión, miedo es zarpado, que en ese momento pensás que no sobrevivís. Lo mismo que si se me ocurriera decir que me emocioné y vos me respondés “claro, se te caían las lágrimas” pero igualmente no llego a transmitirte lo que me pasa, emocionado es que no podés ni hablar. Y eso me pasó esta tarde, cuando tuve que ir a visitar al Alemán a Devoto, pensá que para mí, siendo yo jugador, es un ídolo que te viene a alentar, como cuando Dátolo es alentado por Maradona… Algo así, nada más que yo con el Alemán tengo diálogo más fluido que el Diego con el ex Banfield, yo comparto todo con él, pensé en tatuármelo, y por eso lo voy a ver tras las rejas, porque a mi el Alemán me bancó en las buenas y me bancó en las no tan buenas, y hoy lo vi y el loco está ahí, cabizbajo, serio, no se le escapa una sonrisa, creo que no le llegué a ver los dientes en cuarenta minutos de visita. Ni bien lo vi le dije la clásica…
-Qué pasa con vos, Mostro?
Y algo cambió, porque no se rió ni me dijo la original “que pasa Ladry?” jugando un poco con mi nombre Larry. Sino que me dijo “que pasa con vos que la concha de tu madre, no ves que me guardaron por ustedes, manga de putos”…
El aire ya espeso, no daba para intentar chistes ni abundar en salidas ingeniosas, nada, sólo quise saber qué había pasado después de esa pesadilla de hace casi 50 días donde guardaron a uno de los líderes de la barra y al Cuervito Sinrescate. El Alemán, que prefirió los vicios del barrabrava a las mieles del goleador, fue claro y comenzó: “estábamos mal, hacía como seis días que no dormía, estábamos el vocuer y yo todo el tiempo de acá para allá, yendo de la cama al living, de la mesa al baño y de la cocina al balcón, siempre juntos, de acá para allá, yo prendía uno, el Vocuer peinaba un poquito, después me la daba yo, y al toque el Cuervito se prendía dos al hilo. Después pintó de todo, pasa que ni me acuerdo, en un tiro cayó creo que el Magnífico a rescatarnos y se quedó empastillado y abrazado al inodoro. La pasamos bien, pero no nos daba más la cabeza. Cuestión, llegó el sábado, jugaba Rescatate, le digo al Vocuer de ir a ver y ni me respondió, se subió a un taxi. En el viaje no sé muy bien qué pasó pero cuando teníamos que entrar a Parque Norte se me ocurrió hacerle un buen Cavenagui al chofi, le metí un cabezazo en la nuca corte película de shuarsheneguer (sic) y nos colgamos del alambrado para entrar al Parque. Bueno, la hago corta, en pleno partido nos vienen a buscar los rati, y nos llevan ante la mirada del puto del Ruso Mario que se reía con el Capataz al lado, en lugar de hacer sonar los cañones, no, los muy putos se alejaron y yo veía como se reían, y encima todavía ni vinieron a visitarnos. Se ve que prendimos uno, bah, eso dijeron, y La Barra de La Pequeña Belén, hermana descocada del Capataz y Scania, saltó con la yuta para que nos llevaran. Terrible bocona la pendeja esa, igual vas a ver cuando salga…
Bueno, caímos acá a la carcel y nos separaron, nos hicieron unas preguntas y como el Vocuer creyeron que los bolasiaba, que respondía en joda, lo mandaron al loquero, al Borda creo, y escuché una bien de Maradona, porque les decía el Cuervito “Acá hay uno que dice que es Manuel Belgrano, otro que dice que es Napoleón y a mi nadie me cree que soy San Martín”. Ahí fue la primera y última vez en toda la charla que me miró como buscando una sonrisa cómplice.
Y yo quise desviarlo del tema y le dije “Y qué hacés acá para distraerte?” Pero no fue muy inteligente mi pregunta, entonces el blondo roquero, tripero y falopero explicó “cuando me dejan, pongo un cassette de los redondos, o estudio un poco de historia, pero sino nada, lo mismo que afuera, duermo y fumo, qué querés que haga, acá adentro no soy un historiador con futuro, si se te ocurre algo para hacer, decime y lo hacemos, acá hice algunas amistades, ando con el Fritura, con el Cicatriz, con el Lobito Cordone y de vez en cuando cae el Muñeco Mateyco que lo encontraron piruleándose a un pibito, pero él dice que no, que el pibito se lo estaba garchando a él, yo le creo… Es buen tipo el Muñeco, bah, digo, de pronto, me parece…”
Y yo me reí y él no, directamente se enojó, me volvió a putear y me dijo “de qué te reís pedazo de puto, mirá que acá digo que sos Larry Joya y te cojen igual eh, no les importa nada, podés hacer 5 goles, jugar en la selección pero palo y a la bolsa”. Le aclaré por única vez en nuestra corta y romántica historia que lo fui a visitar porque lo adoro, porque es mi referente, aunque ya no quiero ser como él, es la imagen de la verdad, de la amistad y de la confraternidad.
Finalmente me vino a buscar el carcelero y ahí el tripero, pordiosero y cervecero pronunció sus últimas: “Joya Larry, joya eh, gracias por tu visita, pero avisále al Gambetita que no venga por acá porque lo están esperando para darle bomba, igual que a Maschorizo. Si puede, o si tiene huevos, que venga el Violero Asesino a mirar a su gran hermano, que le traiga paco, a ver si le da una alegría, acá lo vamos a estar esperando…”.
Y me fui, y el pueblo Rojinegro también lo estará esperando.
Perdoneló juez, es solo un tripero, puntero y fumanchero.

LA(S) MEJOR(ES) VUELTA(S)

Porque el Magnífico volvió a estar en el equipo y se adueño del mediocampo como si nunca se hubiese ido. Le puso el pecho a las críticas, jugó, hizo jugar, dibujó un golazo, se comprometió y fue la manija.
Porque Scania volvió al gol y a marcar la pausa cuando se precisó. Aguantó la pelota en los instantes cruciales, liquidó el resultado en el peor momento de Rescatate y fue el punto de referencia durante todo el partido.
Porque el Rayo volvió a confirmar que ya forma parte del plantel con una gran actuación y un gol. Fue amo y señor por el sector izquierdo y colaboró en la marca y en la ofensiva sin que le pese el desgaste físico.
Porque Maravilla volvió de una larga inactividad en el viejo puesto que ostentaba en las frías mañanas de hace algunos años bajo el mando del Lagarto González y cumplió con creces. Con aires de patrón, fue garantía de quite y salida limpia.
Porque Gambetita volvió al gol y abrió un partido que se presentaba cerrado y con alguna dificultades. Encontró su posición en la última línea y se va afianzando con el correr de los partidos.
Porque la Joya volvió a transformarse en el veterano caudillo de la época de Fede Gullo. Sigue alimentando a sus seguidores a base de esfuerzo y sacrificio, sin obviar las pinceladas de magia que regala cual Martín Palermo desde su regreso al fútbol argentino.
Porque Maschorizo volvió a destacarse de igual manera tanto en el manejo como en la marca. Imprescindible para el equipo, asume el rol y no le pesa.
Porque Juampi Sachín volvió a formar parte del siete inicial con la solidez y la firmeza que lo caracteriza. Surcando los laterales, genera peligro en el área contraria y confianza ciega en la propia.
Porque el Bohemio volvió a clausurar el arco. Destilando seguridad en cada intervención, va asentándose y es número puesto bajo los tres palos.
Porque Rescatate volvió. Como se imploraba hace casi tres semanas atrás, el equipo volvió a bancar en las difíciles izando la bandera del compañerismo y la solidaridad con un 4-2 ante un claro candidato al título. Hubo juego, actitud y presencia, que hacen que el sueño vuelva a rozar la realidad. Por todo eso, Rescatate vuelve a aparecer. Que esta vez sea para quedarse.

MAGNÍFICO AUSENTE; MAGIA PRESENTE

Con tres derrotas al hilo sobre su espalda y la chance de acercarse a la Zona Campeonato cada vez más lejana, un disminuido Rescatate se presentó en el Parque con cinco bajas (algunas de ellas una costumbre) pero que fueron suplidas de manera casi perfecta aportando lo que se precisa: sangre joven alejada de las luces y los flashes del estrellato (o de algún recital).
Así es como el Bohemio, Gambetita, Maschorizo, Lucky, Scania, la Joya y el Capocanioneri Pigu firmaron su presencia con una victoria generosa en el resultado para un Tapiales que hizo agua ante un rojinegro que quiere comenzar a afirmarse en la lucha por la clasificación. De todas formas, las dudas antes de que comience el partido sobrevolaron la fría noche porteña: ¿el equipo está a la altura de las circunstancias? ¿Los reemplazos podrán opacar el brillo de las figuras ausentes? ¿Pigu le hará honor a su apodo y debutara en la red? Más allá de que la última incógnita sigue vacante y a la espera de una respuesta, el resto quedó demostrado. Hay recambio.
A repasar: el arco estuvo en buenas manos. La dupla central supo entenderse y darle salida al equipo. El mediocampo aportó explosión con Lucky, magia pura y gol con la Joya y pausa, pisada y creación con Scania. La delantera quedó en deuda pero supo darle el toque necesario de estética al equipo, teniendo en cuenta la vincha y la chiva del Capocanioneri.
El Violero Asesino y Juampi Sachín, desde la tribuna, se calzaron la pilcha de DT e improvisaron una suerte de detalles tácticos que poco servían para los merecidos integrantes de la Máquina Fumanchera. No hacían falta indicaciones. El equipo estaba aceitado y los engranajes funcionaban perfectamente. El toque corto, la precisión y la efectividad le ganaron al individualismo y al extenso repertorio de pisadas sin sentido a las que estábamos acostumbrados.
Con el partido consumado y el 4-2 final (5-2 simbólico por el gol de caño de la Joya), las dudas quedaron disipadas. El nivel no fue el mejor pero se rozó la exquisitez. El Bohemio, Lucky y el Capocanioneri, de una forma u otra, no solo opacaron la ausencia de algún fanático de Mana o algún lesionado del dedo meñique, sino que con sus actuaciones demostraron que las segundas oportunidades deben darse (no en todos los casos, pero sí en este en particular). Se repetirá hasta el hartazgo y durante todo el tiempo que haga falta que hay recambio. Porque la historia de Rescatate lo merece. Y porque Rescatate está más allá de la razón y de algunas razones (y principalmente, de excusas banales).

CIRCUNSTANCIA DE UN PARTIDO

En pleno partido, tiro libre a favor y el Kabezón, arquero ese día, se acerca con ganas y le pregunta a Maschorizo, quien se disponía a rematar con su ¿pegada similar? a Beckham: Lo puedo patear?

Maschorizo: no sé, consultalo con el equipo.

Kabezón: bueno, Gambetita lo puedo patear?

Gambetita: dale por mi no hay drama. Rompele el arco.

Kabezón: joya, igual bancá. Joya te jode si lo pateo yo? y a vos Sacha?

Joya no, por mi todo bien.

Sacha: yo opino igual. Patealo.

Kabezón: buenisimo ya van tres. Violero!! te jode si la empalmo de derecha?

Violero: Naa maquina! Animate, si clave una pepa yo la otra vez.

Kabezón: bueno me falta uno solo. Che Cuervo, te jode? mira que pateo ehh! yo le pego!!

Cuervo: dale mostro como no te voy a dejar patear si compartimos la pasión azulgrana. Dale bomba!

Kabezón: joya, correte Chori. Correte, dejame no le pegues. Ya lo consulté con el equipo! No, para!! Paraaa!!! NOOOO!!!!!!! Encima lo erraste zapallo!!

ACLARACIÓN: el diálogo es ficticio pero la frase de Maschorizo es real. Sí, aunque no lo crean, es REAL.

PARA QUE VUELVA RESCATATE

Si ruegan porque vuelva la magia del teclado, yo ruego porque vuelva Rescatate. Miren la tabla un minuto. Rescatate es eso? No, es mucho más. No se puede hablar solo de fútbol cuando justamente el fútbol engloba miles de cosas más. De todas formas, me entristece la realidad. Que dependemos de nosotros es una realidad. Pero podemos depender de nosotros? Con la confrontación, el fastidio, los reclamos y las miradas dependemos simplemente de circunstancias. Y es lo que no quiero. Somos nueve y cada uno necesita del otro, sino que entre uno a la cancha y el resto aliente. Que la crítica generalizada se transforme en autocrítica. Que las falencias futbolísticas se transformen en el querer dejar todo. Que las palabras sueltas y vacías se transformen de una vez en un compromiso real con la rojinegra. Todos tenemos nuestros errores, pero confío (y sé) que las virtudes pesan el doble a la hora de salir a la cancha. Y esas virtudes son las que nos caracterizan a todos más allá de un partido. Es cuestión de plasmarlas por 50 minutos con una pelota. Sigo soñando con el campeonato. Si peco de ingenuo espero que alguno me acompañe en la ingenuidad. No hace falta extenderse porque el sábado tenemos la mejor chance para reivindicarnos. Si se gana, se que mis palabras no serán en vano. Si se pierde, espero que tampoco lo sean. Así vamos a volver a depender exclusivamente de nosotros y, porqué no, volverá Rescatate.